Desde los primeros niveles de educación básica el profesorado va fomentando la formación de ciertas creencias, actitudes, valores, comportamientos y la construcción de determinados estereotipos y, en estos procesos, va proyec-tando su propia visión de género. En particular, esta se manifiesta a través de la enseñanza de las materias curriculares. Es muy común, por ejemplo, que el profesorado tenga una visión de género asociada a ciertas asignaturas, como, por ejemplo, las matemáticas y la lengua. Está comprobado que la gran mayoría del profesorado considera que las niñas son mejores para la lengua y las materias humanísticas, mientras los varones lo son para las mate-máticas, la ciencia y la tecnología, dado que se considera que estas últimas requieren un pensamiento más lógico y racional que, supuestamente, no caracteriza al sexo femenino
En varios contextos se reconoce que la escuela, y en particular los profesores, proyectan una visión de género sesgada sobre el aprendizaje de las matemáticas.