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  1. Oct 2019
    1. Programas efectivos de prevención e intervención en Bullying

      Múltiples y diversas intervenciones se han desarrollado para afrontar esta problemática (por ejemplo, Minton & O'Moore, 2008; Olweus, 1993; Smith, Ananiadou, & Cowie, 2003; Varela & Tijmes, 2008 entre otros). Sin embargo, a pesar de los numerosos programas existentes, solo unos pocos han demostrado ser efectivos. De hecho, los programas exitosos se caracterizan por abordar esta problemática en sus diversos niveles y no con actividades puntuales ni aisladas.

      Con respecto a la experiencia internacional, "Olweus Bullying Prevention Program", es uno de los programas pioneros en la intervención del Bullying (Olweus, 1993). Este programa se basa en un modelo comprensivo que opera en distintos niveles: escolar, sala de clases e individual. Tiene como objetivo reducir y eliminar tanto el Bullying directo como el indirecto, mejorar las relaciones de pares en el establecimiento educacional y crear las condiciones que permitan que tanto víctima como victimario logren funcionar mejor dentro y fuera de éste. Las estrategias del programa incluyen la promoción y creación de un ambiente positivo en todo el establecimiento educacional, donde la participación de los adultos (docentes y familias) es fundamental; y la creación de límites claros frente a la conductas que no son aceptadas dentro del contexto escolar, requiriendo que las sanciones que se aplican a los victimarios sean consistentes, no castigadoras e involucren un proceso de reflexión y reparación (Olweus, 2004). La evaluación de este programa indica que fue exitoso, disminuyendo en un 50% el autoreporte de Bullying (tanto de víctima como victimario), la incursión en otro tipo de conductas antisociales, y mejorando el clima escolar (Olweus, 2004).

      En Inglaterra se llevó a cabo el programa "Sheffield Anti-Bullying Project", inspirado en el programa de Olweus. Este programa busca desarrollar políticas institucionales en el establecimiento educacional que permitan detener la victimización por Bullying a nivel de toda la comunidad escolar, utilizando estrategias como el desarrollo de políticas integrales para detener la victimización, el desarrollo curricular para crear conciencia del problema, el trabajo individual, seguimiento y monitoreo tanto de la víctima como del agresor, modificación de los espacios físicos de riesgo, y el monitoreo permanente de los niveles de victimización dentro de la escuela. La evaluación del programa, llevado a cabo en cuatro establecimientos educacionales durante 18 meses, demostró que disminuyó el porcentaje de victimización (14% en primaria y 7% en secundaria), la tasa de agresión (12% en primaria y secundaria), y aumentaron las denuncias por agresión a los profesores (Smith, et al., 2003).

      El "Programa educativo de prevención de maltrato entre compañeros y compañeras" (SAVE) desarrollado en España, es otro ejemplo de programas con resultados exitosos. Este programa toma un modelo integral, preventivo, ecológico y comunitario e involucra a los alumnos, profesores, familia y comunidad. El programa no solo disminuyó las conductas de Bullying, sino que logró promover las relaciones interpersonales como un factor protector frente a la violencia escolar (Ortega, Del Rey, & Mora-Merchán, 2004).

      Por otra parte, Finlandia cuenta con el "Programa Anti-bullying Kiva" desarrollado en la Universidad de Turku y financiado por el Ministerio de Educación de este país, el cual presenta estrategias universales para prevenir situaciones de intimidación y, a su vez, detener la intimidación en curso. El programa contiene una serie de herramientas concretas para los educadores, lecciones para estudiantes, material de aprendizaje virtual, e indicaciones claras para los integrantes de la comunidad escolar para detener las situaciones de intimidación de manera efectiva (Salmivalli, Kärnä & Poskiparta, 2011; Kärnä, Voeten, Little, Poskiparta, Kaljonen & Salmivalli, 2011).

      Otros programas internacionales que han demostrado efectividad son el "Programa Apoyo Positivo al Estudiante" (Positive Behavior Support-PBS, Sprague & Golly, 2005) y los Programas Anti-bullying en Irlanda: "Programa ABC" (Minton & O'Moore, 2008). Todos se basan en una aproximación multinivel del fenómeno, la implementación de estrategias de prevención e intervención de manera sistemática, organizadas y planificadas a largo plazo. Así como también, la implementación de estrategias orientadas al desarrollo de un clima social escolar positivo y al fomento de habilidades socio-emocionales.

      En Chile, uno de los primeros programas en evaluar su efectividad fue el programa piloto "Aprendiendo Juntos", basado en el modelo de intervención del "Positive Behavior Support-PBS". Se implementó en un establecimiento educacional de la cuidad de Santiago, donde se logró disminuir en un 34,7%, los incidentes violentos entre los alumnos, medido a través de la disminución del promedio diario de alumnos derivados a inspectora1 en los años 2006 y 2007 (Varela, Tijmes & Sprague 2009). Otra experiencia chilena evaluada fue el Programa Recoleta en Buena implementado en 4 establecimientos educacionales donde se evaluó a 677 estudiantes el año 2006 y 553 el año 2008, de 5º básico a IVº medio. El programa logró disminuir el promedio de los reportes de violencia (víctimas, victimarios y testigos), salvo los reportes de violencia de tipo delictual (violencia más grave). Sin embargo, sus resultados reportaron efectividad a nivel primario permitiendo impactar en toda la comunidad escolar (Varela, 2011).

      Tanto la experiencia internacional como en Chile en la implementación de programas de prevención e intervención de violencia en las escuelas ha demostrado la importancia de abordar esta problemática desde un modelo ecológico (Orpinas, 2009). Es decir, que los programas presenten un abordaje integral, los cuales apunten a los distintos niveles del sistema escolar: políticas públicas, red educativa, familias, y personas, así como la interrelación entre estos niveles. Asimismo, las estrategias de intervención y de prevención deben ser organizadas, sistemáticas y planificadas a largo plazo. Estas estrategias deben estar orientadas a prevenir, intervenir y promover un clima social escolar positivo, incrementar la empatía, el desarrollo de las competencias sociales, la promoción de conductas prosociales, la resolución de conflictos y la mediación.

      A pesar de lo anterior, la experiencia ha demostrado que existe una escasez de estudios de efectividad sobre programas integrales de prevención del Bullying, a nivel de los países de Sudamérica. Es por esto que el presente artículo evalúa la efectividad de un programa de prevención e intervención de Bullying y Ciberbulling, basado en los lineamientos de los programas que han demostrado ser exitosos, en alumnas que cursan de 4º año básico a IVº año medio de un establecimiento educacional femenino de Santiago de Chile.