La escritura fue revolucionaria, por todas las razones ya mencionadas; pero la inteligencia artificial parece cada vez más ser una “tecnología normal”
La escritura debe seguir siendo una forma de arte, incluso en tiempos de inteligencia artificial. Aunque la IA pueda generar textos o ideas, carece de emociones, vivencias y conciencia, elementos esenciales para crear arte verdadero. Escribir no es solo comunicar, sino expresar lo que sentimos y pensamos, transformar nuestras experiencias en palabras con sentido humano. Por eso, debemos aprender a usar la tecnología como una herramienta de apoyo, sin dejar que sustituya nuestra voz ni nuestra creatividad. El equilibrio está en aprovechar lo que ofrece la IA, pero siempre aportando nuestro toque personal, crítico y sensible, porque solo así la escritura mantiene su esencia artística.