No se trata de cambiar de medio si considero que algo no está bien. La crítica de medios es una actividad sumamente importante en la democracia, y es allí donde se debe prestar una mayor atención.

La brecha digital es un fenómeno que se ha naturalizado y hoy en día es considerado como elemento colateral para la evolución tecnológica. Sin embargo, esto no es así; su solución va más alla del alcance en la infraestructura de las TIC, se trata de un problema de educación.

Si las opiniones de los cibernazis, racistas, discrimimadores de género son peligrosas y pueden llegar a constituir algun tipo de violencia, ¿Puede la libertad de expresión constituir un problema profundo dentro del ecosistema digital? ¿Se debe permitir la libertad de expresión, aun cuando pueda provocar violencia? ¿Es legítimo moralmente limitar lo que se puede o no se puede opinar o creer?

Es cierto, por lo menos en cierta parte, que la carencia del conocimiento de las Tic´s genera desinformación y asilamiento. SIn embargo, sería ínteresante determinar en qué medida esas mimas tecnologías dan lugar a dichas flagelos: la desinformación, a través de problemáticas como el de la post verdad; y el asilamiento, generado por la imposibilidad de las interacciones reales.

La tecnofobia, es decir, la aversión a la tecnología; puede casuar serios problemas de aislamiento y falta de socializaón.

A menudo, los tecnófilos idealizan el poder del internet como una herramienta socializadora que permite superar grandes flagelos de la humanidad. Sin embargo, esa idealización deja de lado los aspectos negativos del sistema de conexión global, minimizando los riesgos y consecuencias de su uso.

La categoría de analfabetos digitales se refiere a todas aquellas personas que desconocen las TIC´s, lo cual les impide interactuar por medio de las herramientas que dichas tecnologías ofrecen. No se refiere tan solo a personas de la tercera edad; sino, por ejemplo, a jóvenes que debido a condiciones socio.económicas no pueden aproximarse a la infraestructura tecnológica.

La violencia en redes se ejecuta en dos sentidos, pasa de la vida real a la virtual y viceversa.