Definiendo un tipo de hipótesis dentro del texto, se entiende la manera en que, por ejemplo, la investigación de fenómenos sociales está influenciada por la interacción entre la objetividad y la subjetividad, donde la conexión genuina del investigador con los participantes y la intencionalidad de entender el contexto, es crucial al decidir que enfoque precisar.

Asimismo, en una cultura que valora la objetividad y el sometimiento, la subjetividad puede ser marginalizada, limitando la exploración completa de experiencias individuales. Aquí, la variabilidad de la subjetividad, puede, desde muchas perspectivas, equilibrarse junto con la centralización e imparcialidad de la objetividad, definiendo a la cultura, como un proceso de formación totalmente orquesstado por el sujeto y su capacidad en lograr manejar su criterio, y las costumbres sociales.

Este concepto es altamente interesante, puesto que, se lleva el concepto de objetividad, hacia una percepción general y bastante profunda. Así pues, muchas veces se cree que la subjetividad logra tener participación dentro de nuestros conceptos o criterios propios, pero, a raíz del dominio de ideales establecidos por los prejuicios o conductas sociales, se crea un tipo de cultura objetiva, en la cual, las emciones, justamente, no obtienen mucha participación.

Asimismo, en una cultura dominada por la objetividad y el sometimiento, como la que describen, la subjetividad tiende entonces, a ser marginada y desvalorizada; esta predominancia de la objetividad en las prácticas culturales y sociales, puede limitar la capacidad de las personas para explorar y expresar sus experiencias y perspectivas personales de manera auténtica, lo que a su vez afecta la comprensión completa y matizada de los fenómenos sociales.

En este caso, el autor, determina un punto de opinión bastante interesante dentro del análisis rico y generosos que puede aportar el uso aprovechable de la subjetividad. Aquí, dentro del planteamiento de Vygotsky, influenciado por el marxismo, se subraya la importancia de las condiciones materiales y sociales en el desarrollo psicológico, sugiriendo que la comprensión de las emociones y el psiquismo humano debe considerar tanto el contexto cultural, como las experiencias individuales. Así, con el ejemplo, donde una persona que sufre de una "obsesión" no está únicamente enferma por un desequilibrio físico, sino por un sentimiento profundamente arraigado que se manifiesta en su mundo psicológico, destacando la interrelación entre lo emocional y lo social.

La capacidad del investigador en obtener el interés o, como indica el texto, "ganarse" a los participantes, dentro de una investigación, resulta ser entonces, un punto clave, en cuestión del reconocimiento de un fenómeno social respectivo. Sin dejar de lado los hechos (negativos o no) de los tiempos investigativos de dicho fenómeno, el hecho de generar un espacio social para lograr relacionarse, dentro de ese concepto, si logra facilitar la cooperación de los participantes y puede revelar nuevas perspectivas que podrían no ser evidentes en una investigación más distante.

Específicamente, este enfoque puede reconocer la complejidad y autonomía del individuo, sugiriendo, tal vés, una perspectiva donde los procesos subjetivos pueden trascender y ser independientes de los factores sociales y culturales que contribuyeron a su formación inicial. Aquí es donde se puede desatacar esa participación del criterio propio, dentro de un concepto totalmente analítico del uso de la subjetividad, entendiendo así, cómo este tipo de percepciones hacia dicho concepto, resaltan la manera en que la subjetividad puede trascender y ser entendida como un recurso donde la personalidad si obtiene un papel participativo.