En el verano del año pasado, el partido político Unidos Podemos, al frente de su secretario general Pablo Iglesias, convocó una moción de censura contra el gobierno actual del Partido Popular. Dicha moción de censura, se saldó con solo 82 votos a favor, frente a los 170 votos en contra y 97 abstenciones. Se logró, durante los más de dos días de esta sesión, una mayor visibilidad política, pero el partido que propuso la moción de censura no consiguió ningún acercamiento hacia su posición política. Pero, según los partidos que votaron en contra y se abstuvieron, la sesión solo sirvió para reforzar al presidente del gobierno y a su partido, algo de lo que se lamentan las filas socialistas y de las que se congratulan las filas populares.

La moción de censura se define como el procedimiento, por el que los partidos con representación en la cámara baja de un parlamento bicameral (España), pueden exigir la responsabilidad política al poder ejecutivo respectivo. Según el artículo 113 de la Constitución Española, el Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política al Gobierno por la vía de la adopción, por mayoría absoluta. En contraposición, el presidente del Gobierno se ve facultado por la Constitución para plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza, conformándose como los mecanismos con mayor trascendencia en las denominadas relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales, reguladas en el Título V de la Constitución.