Por su parte, las redes sociales (en un sentido amplio que incluye foros y blogs) atrofiaron nuestro sentido de habitar una realidad común. Pero a cambio nos dieron la posibilidad de cambiar las dinámicas del poder de la información. Ahora “cualquiera” (en el sentido de Ratatouille) puede hacer escuchar su voz, no sólo los guardianes de la información a los que hemos estado acostumbrados. Esto tiene sus cosas buenas y malas, pero sin duda ha cambiado cómo vivimos e interactuamos.
En este párrafo se reconoce que las redes sociales transformaron nuestra manera de relacionarnos con la información, permitiendo que más voces puedan ser escuchadas, aunque a costa de perder una sensación compartida de realidad. Personalmente, considero que este cambio no puede juzgarse de forma completamente negativa ni positiva. Si bien es cierto que las redes han fragmentado la percepción colectiva y fomentado la desinformación, también democratizaron el acceso a la expresión y al debate público. En conclusión , su valor depende del uso que las personas hagan de ellas: son un reflejo de nuestras dinámicas sociales más que una causa directa de su deterioro.