Las brechas sociales se han ampliado por cuenta del acceso al internet y no solo a nivel estructural, los países empobrecidos siguen rezagados a nivel educativo. El mundo contemporáneo cada día es más tecnificado y con escaso acceso a la red, los ciudadanos de países tercermundistas no pueden ser competitivos en un mundo cada vez más capitalista y asfixiante.

Las oportunidades y potencialidades que genera la tecnología en la educación de los NNA es infinita, pero en Colombia el segundo país más desigual en América Latina, las oportunidades son estratificadas y regionalizadas. Un informe de Impacto TIC revela que en Pandemia la deserción escolar aumentó a nivel Nacional, la educación durante estos meses fue diversificada no tanto por las estrategias y posibilidades, sino por la falta de conectividad y tenencia de aparatos tecnológicos en los estudiantes de estratos 1, 2 y 3.

Entre otras cifras mencionan: El 56,5 % de los hogares colombianos contaban en 2020 con acceso a internet a través de conexión fija o móvil (4,6 % más que en 2019); en las cabeceras esta proporción fue del 66,6 % y en los centros poblados y rural disperso fue del 23,9 % La mayoría de los estudiantes en zona rural, aunque tenían las clases a través de guías impresas no tenían comunicación con el docente. En ese contexto, un niño se considera “privado en educación” si estaba en un colegio que ofrecía clases virtuales, pero no tenía computador ni internet, o si un colegio ofrecía clases vía Whatsapp, pero el estudiante no tenía celular en su casa, o si estaba en un colegio con acceso a las guías escritas, pero no tuvo comunicación con sus maestros, ni por teléfono ni Whatsapp, ni visitas de docentes.

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