We are essentially digitizing trees, animals, and plants and rivers, and boundaries, defining those using satellite imagery.
En Colombia, las corporalidades están profundamente vinculadas a la identidad cultural, territorial y espiritual. Para muchas comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, el cuerpo no solo es físico, sino también un puente con la tierra y la naturaleza.
Estas comunidades entienden el territorio como un elemento vital de su existencia colectiva, lo que contrasta con las visiones occidentales que separan al individuo del entorno natural.
La digitalización de territorios, como se plantea en el uso de la Inteligencia Artificial para conservación, presenta desafíos éticos importantes. Clasificar y definir tierras y recursos naturales a través de imágenes satelitales y algoritmos puede despojar a estas comunidades de su conexión simbólica y material con el territorio, perpetuando desigualdades históricas y vulnerando sus derechos culturales y corporales.
La traducción en Colombia podría desempeñar un papel clave al mediar entre las perspectivas indígenas y las prácticas occidentales de conservación y digitalización de territorios.
Traducir no solo lenguas, sino también conceptos culturales como la relacionalidad con la naturaleza y el conocimiento colectivo, es esencial para evitar malentendidos y garantizar que las voces de las comunidades sean escuchadas.
Por ejemplo, cuando se desarrollan proyectos de conservación basados en la Inteligencia Artificial, la traducción puede ayudar a garantizar que los principios, usos y riesgos de estas tecnologías sean entendidos desde las cosmovisiones indígenas, en lugar de imponer terminologías y enfoques que no respeten sus prácticas y saberes.
La implementación de Inteligencia Artificial en conservación y digitalización de tierras en Colombia debería centrarse en que:
Las comunidades indígenas deban ser incluidas como actores principales en el diseño de tecnologías que afectan sus territorios. Esto requiere procesos de consulta previos, libres e informados, en línea con los estándares internacionales de derechos humanos.
En lugar de imponer un modelo de digitalización basado en la separación tierra-persona, la Inteligencia Artificial deba reflejar cómo estas comunidades perciben su conexión espiritual, cultural y económica con la naturaleza.
La Inteligencia Artificial deba reconocer y respetar el conocimiento colectivo de las comunidades. Esto incluye evitar la apropiación de datos que no consideren el carácter comunal de la identidad y el saber indígena, promoviendo en su lugar principios éticos como los planteados en la posición de Indigenous AI.