Como su nombre indica el movimiento se basa en la crítica del crecimiento económico como el objetivo número uno y árbitro de lo que las sociedades hacen o se supone que deben hacer. Como han demostrado los economistas ecológicos el crecimiento no puede continuar indefinidamente ni por mucho más tiempo en los niveles actuales antes de que colapsen muchos más ecosistemas.
[...] Como sus defensores señalan el decrecimiento no se trata de hacer ‘menos de lo mismo’ sino de vivir con menos y de manera diferente; trata de reducir la magnitud de la producción y el consumo mientras fomenta el florecimiento de la vida en otros términos
[...] La meta del decrecimiento es “una transición hacia sociedades conviviales que vivan simplemente, en común y con menos”