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  1. Feb 2022
    1. La tasa de oficios (**) muestra que el 6,6 % de niñas y adolescentes reportaron haber trabajado en oficios del hogar por 15 y más horas, frente al 1,9 % de niños y adolescentes hombres

      El trabajo infantil recae en el género femenino, todavía seguimos pensando en que las mujeres deben ser las encargadas de las tareas domésticas

  2. Sep 2020
    1. España opina que la masculinidad tradicional es detestable, “todos deberíamos sentir aversión por ella, ya que lacera tanto a hombres como a mujeres; al imponer reglas que se hacen visibles cuando escuchamos expresiones como los hombres no lloran, el hombre es la cabeza del hogar o las mujeres no deben trabajar”.

      No hay que analizarlo demasiado para darnos cuenta que el machismo no solo afecta a las mujeres sino que también a los hombre, a ellos los obliga hacer menos consientes emocionalmente, a creer que tiene mas responsabilidades pero al mismo tiempo suponer que el mundo les debe algo solo por el hecho de ser hombres, y bueno, sobre las mujeres, ya todes sabemos lo que nos pasa a nosotras.

  3. Sep 2017
    1. By the end of World War I, however, technophilia took hold of the (male) modernist imagination, framing women as instruments and men as makers. The skilled artist/craftman had mastery of machines and women (Oldenziel, 1999: 146).
    2. Participants in these groups celebrate technical exper-tise over skills that resonate with mainstream practices and ideals (like advocacy). Drawing out similar relations, Ellen Ullman (2012) uses her personal account of writing assembly language to argue that work closer to the machine helps (often male) programmers main-tain a higher status in computing cultures. In her examination of the largely male free/libre open-source software (FLOSS) community, Dawn Nafus (2012) extends this argument to hacking discourse in what she terms a “pushyocracy.” FLOSS members’ open scrutiny and “highly masculinized, aggressive online talking” shaped the perceived worth of individual contributions to expose “both the material aspects of computing and the social identities that people create for themselves through engaging with programming [...as] cultures made by and for men” (p. 671).

      Como he dicho en otra nota, esto también lo sentí antes de programar con solvencia dentro del espacio y en alguna medida la validación desde un saber particular en el que estaba adquiriendo experiencia progresiva y reconocimiento externo. Quehaceres específicos eran validados, mientras otros eran invisibilidados, particularmente cuando se referían a acciones políticas, logísticas y otros saberes más "blandos". Una crítica similar ha sido hecha por Perez-Bustos para el caso de la comunidad de software libre de Colombia, en la que HackBo se encuentra inmersa.

      Si bien el llamado es pensar otras categorías de tecnología y género que abrirían la participación a las mujeres, desde sus saberes particulares y las pondría en el centro del discurso desde sus quehaceres permanentes:

      This work invites critique of conventional technology and gender studies in which scholars have treated technology as “open to interpretation” but gender as a stable category (Mellström, 2009). In this, women’s substantive contributions to technology development go under-acknowledged and “the question of whether women can be considered insiders or outsiders of IT design also has to do with how ‘IT design’ is defined” (Sefyrin, 2010: p. 709).

  4. Nov 2016