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  1. Feb 2018
    1. ¿Cuáles son las principales manifestaciones ecológicas y sociales de la insostenibilidad y la desfuturización (e.g., los efectos sobre el agua; el empobrecimiento sistemático de los trabajadores negros; el agotamiento del suelo; el consumismo desenfrenado; las formas destructivas de extractivismo, incluyendo la extracción de oro, solo por mencionar algunas)?

      ¿Cómo se puede ver esto en Salento o Cajicá, frente a sus procesos de urbanización, ocupación y gentrificación aceleradas?, ¿Cómo resistir, descolocar, bifurcar dichas ocupaciones para dar cuenta de otras posibilidades?

    2. (a) la reorganización de la sociedad sobre la base de las autonomías locales y regionales; (b) poner en movimiento formas no capitalistas y no liberales de organización, sobre todo en las zonas urbanas; (c) introducir formas de autogestión de la economía, organizadas en principios comunales, incluso si están articuladas con el mercado; (d) articularse con el Estado pero sólo para desmantelar su racionalidad colonial e imaginar otro tipo de racionalidad social. El objetivo no era controlar el Estado sino organizarse como los poderes de una sociedad otra
    3. Al abogar por una nueva civilización aleja nuestra atención de los «grandes dinosaurios del siglo XX» (Manzini 2015: 193), a saber, los sistemas jerárquicos que subyacen las cuatro estructuras institucionales desfuturizadoras de Berry (gobiernos, corporaciones, universidades y religiones), y la lleva hacia la conformación de ‘ecologías territoriales’ —entramados de ecosistemas de lugares y comunidades— donde podrían funcionar con mayor facilidad los procesos abiertos de co-diseño. Por supuesto, desde hace tiempo se sabe que la política basada en el lugar también puede conducir a tendencias excluyentes y a localismos regresivos. Si estas tendencias se pueden mantener a raya, sin embargo, «las localidades y comunidades resultantes serían exactamente lo que se necesita para promover no sólo una nueva ecología territorial y un ecosistema resiliente sino, también, un bienestar sostenible» (

      ¿Cómo se puede dar ese diálogo entre dichas instituciones y comunidades? Particularmente porque en esa dinámica de cero mundos terminados, habría que mirar la continuidad de estas estructuras desfuturizadoras. Ellas tendrían que ser parte de ese único mundo destruido, que destruye el resto.

    4. un nuevo terreno para la innovación social: pequeña, local, abierta y conectada, PLAC (Manzini 2015: 178).33 De esta manera los proyectos locales, mediante la coordinación con otros a través de redes, podrían lograr efectos escalares a nivel de barrios y regiones. Las configuraciones resultantes pueden ser consideradas, con razón, casos de localismo cosmopolita (

      Algo similar ya ha venido pasando con eventos muy pequeños.

    5. Una de las piedras angulares del enfoque es construir la resiliencia de la comunidad como “un proyecto de diseño colectivo” (Hopkins 2011: 45). Uno de los principales aportesde la iniciativa es repensar la resiliencia a través de prácticas de localización.
  2. Jan 2018
    1. No estoy abogando por adoptar, sin cuestionamiento, el diseño humanitario. La aplicación de experticia y tecnología Occidental para resolver los problemas del desarrollo privilegia soluciones foráneas, tecnológicas y usualmente comerciales a expensas de la acción política o práctica local. De esta manera el diseño humanitario constituye una continuación de lasintervenciones modernistas del desarrollo y también muestra su predilección por las fuerzas globales del mercado. Sin embargo [...] el diseño humanitario puede empezar a crear figuras de desarrollo alternativo dentro del aparato existente. Reconoce el desorden y la complejidad de cualquier proyecto de cambio y recomienda proceder con cautela (20
    2. Se puede decir que el ‘movimiento de la casa pequeña’, en sus múltiples instancias, inauguró un nuevo vernacular infundido con conocimientos de diseño ecológico y cultural. Las formas vernáculas de diseño también pueden ser particularmente relevantes cuando participan en proyectos de diseño destinados a fortalecer la autonomía comunitaria y la resiliencia,
  3. Sep 2017
    1. “everyone who has been involved in organizing the space is a social justice activist, and that is often social justice outside of tech, so that is a little bit dif-ferent” (Wu, 2014: Interview with Sarah Fox and Rachel Rose Ulgado, 20 February). Organizers’ interests lay in serving their community, which was localized to the neighborhood.

      Como dije en otra nota, nuestro impacto local ha estado limitado.

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    1. civic hackers often act as the “slow food movement” of digital political action, embracing local sourcing, ethical consumption, and pleasure of community work. Civic hackers are hardly responding to a new narrative of technological change.

      [...] Civic hackers thus speak against those who propose that the application of technology to politics produces a meta-category of activist.

      Interesante la comparación con el slow food y lo que se puede hacer localmente.

    2. He proposes that “monitorial citizens” act as a watchdog for specific issues, ready to take action. From this perspective, civic hack-ers could be considered a monitorial elite, watching data streams and processes of algorithmic regulation for injustices and engaging directly with local politics. “The local” operates as a point of collaboration (Dunbar-Hester, 2013) and point of entry for geeks to engage with neighborhood issues

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