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  1. Feb 2018
    1. However, this assumption of an essentially “outsider” researcher, though true in many cases, deserves a degree of scrutiny and problematizing. In some cases, researchers come from the communities that they research (even if they are now part of an academic or other similar institution), in some cases researchers are not formally affiliated to a larger institution and may be performing work for local benefit at a local level (on behalf of a community group, for instance) and in some instances a researcher may be “between cultures” (for example, being originally from a Global South nation but having lived in a Global North one for a long period of time).

      [...] It does, however, point to the way in which reflexivity and use of the embodied identity can be a tool for disrupting colonial and otherwise oppressive research forms. By interrogating one’s one variable social positioning, and thereby troubling the “objectivity” of the knowledge one generates as a result, the wider system of social inequality which the research exists in can be, to some extent, grappled with.

      Es el caso mío en HackBo.

    2. decolonization of knowledge and research methodology point to critical areas of reflection for researchers, regardless of the context of their work.

      La investigación se hace desde HackBo, pero no en nombre de él.

      ¿Qué otras formas de narrativas, desarrolladas al interior de las comunidades, les permitirían narrarse a sí mismas? ¿Acaso el documental?

    1. Dentro de esta propuesta, bien llamada ‘investigación desde la acción colectiva’ (IAC), “las comunidades hacen parte de la producción del conocimiento como investigadoras y los investigadores e investigadoras hacen parte de las acciones colectivas [de transformación social]”

      [...] plantear la desjerarquización y deselitización del conocimiento, es decir, a la descolonización epistémica como elemento integral de estas visiones.

      La hackatón en ese sentido tendría que diversificarse, para admitir más saberes. Aún nos falta, pero estamos abriéndonos a saberes bibliotecarios, editoriales y periodísticos, desde las prácticas y convocatorias que realiza el Data Week. Los diplomados podrían extender esto.

    2. ¿no es la universidad una de las fuerzas más eficaces de ocupación ontológica de las vida y de los territorios de la gente, junto con el Estado, la economía, la Policía y los ejércitos? ¿Será capaz la academia de superar la cultura de la profesionalización del conocimiento experto tan desacreditada por Illich, de tal forma que pueda apoyar miradas conviviales? ¿Lograrán los diseñadores y aquellos dedicados a la recomunalización de la vida ‘escapar de la educación’ de tal forma que puedan diseñar “desde las culturas de base” (Prakash y Esteva 2008) para las cuales la educación convencional no puede sino devaluar sus conocimientos y vidas? Hay, sin duda, muchas respuestas a estas preguntas, desde renunciar a la universidad como espacio para la afirmación de la vida hasta luchar por su pluralización epistémica, especialmente frente a la incesante presión para que la universidad adopte cada vez más modelos corporativos al servicio del mundo globalizado.
    3. un sistema de investigación o aprendizaje sobre sí misma

      ¿Cómo darle a la comunidad esa voz "hacia afuera" que enuncie esas forma de reflexionar sobre sí misma? Particularmente cuando sus formas de enunciación son tan distintas de las hegemónicas (emprendimiento, academia, estatalizadas) e incluso podríamos hablar de ciertas formas muy tácitas de existir (quizás, como la mayoría de comunidades).

    4. Todos estos aspectos con frecuencia escapan a la atención de investigadores demasiado enfocados en encontrar posiciones antagónicas en el seno de las comunidades (que sin duda también se dan). Ir más allá de estas requiere otro posicionamiento epistemológico, donde el investigador/a realmente se vea a si misma también como involucrada/o en la misma acción colectiva e inter-actuando con ella. Lo colectivo no ha desaparecido en estos casos, se teje en pluralidad

      Me recuerda la postura de Tania cuando investigó a las comunidades de Software Libre de Colombia: criticando desde afuera, sin sentirse parte del problema.

    5. El diseño para la innovación social sitúala construcción de lugar y la re/creación de comunidades en el corazón de la misión del diseño. En vez de ser una posición neutral y supuestamente objetiva es una posición genuinamente ética y políticaque toma partido por una comprensión particular de la vida y por un estilo de hechura de mundo que privilegia la localización, la auto-organización y una praxis

      social colaborativa.

    6. no somos simplemente, ni siquiera principalmente, observadores distanciados sino participantes y diseñadores que se articulan con el mundo al estar inmersos en él. Conocer es relacionar —”Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer” (Maturana y Varela 1987: 27)—. Como dice la poetisa mapuche y machi (chamán), Adriana Pinda, “tenemos que reaprender a caminar el mundo como seres vivos”.26 Relacionarse con los mundos de vida de la gente y alcanzar, de nuevo, cierta intimidad con la Tierra son esenciales para este objetivo. Este trabajo interior no sólo es dirigido por el conocimiento abstracto sino, también, por lo que la feminista chicana Gloria Anzaldúa llamara conocimiento como reflexividad encarnada, intuición y emoción.
    7. . Por último, hay mucho énfasis compartido en la necesidad de imbuir la enseñanza del diseño con herramientas para la reflexión ontológica para que los diseñadores sean conscientes de su situacionalidad en las ecologías para las que diseñan.

      ¿Cómo esta investigación puede informar nuevas prácticas educativas en la formación de diseñadores, particularmente, desde el Sur Global (específicamente en la Universidad de Caldas) y en diálogo con otras modernidades, discursos y prácticas contrahegemónicas y futurizantes?

    8. Sentir y aferrarse a una desarmonía en el espacio revelador de cada quien, incluso contra el sentido común, no se logra de manera efectiva siguiendo el hábito cartesiano de alejarse del problema para analizarlo; por el contrario, cuando se necesita un cambio significativo “entonces las desarmonías serán del tipo situacional no estándar que suele ser soslayado por el sentido común y la teoría [abstracta]” (Spinosa et al. 1997: 23-24) y en estos casos lo que se requiere es involucramiento y experimentación intensos.4 Esto resuena con una filosofía del diseño que enfatiza prácticas de investigación de diseño comprometido, experimentales y abiertas, incluyendo la creación de prototipos y la construcción de escenarios con esta característica.
    9. Esta habilidad ontológica para ‘hacer historia’ —para involucrarse en conversaciones e intervenciones que cambian la forma como nos ocupamos de nosotros y de las cosas, sobre todo el trasfondo que se necesita para entenderlas— puede ser reavivada, como Flores y sus coautores estudiaron en detalle en un trabajo posterior (Spinosa et al. 1997). La revelación hábil y efectiva (skillfull disclosing) de nuevas posibilidades de ser en el mundo, sin embargo, exige un intenso involucramiento con una colectividad en lugar de la tan celebrada deliberación distanciada o el entendimiento descontextualizado, característico de buena parte de la ciencia y los debates en la esfera pública. Requiere un tipo diferente de actitud que proviene de vivir en un lugar y de tener un compromiso con una comunidad con la que nos involucramos en actividades pragmáticas en torno a una preocupación compartida o alrededor de una ‘desarmonía’3 o problemátic

      central. En estas nociones ya podemos percibir la idea de que el diseñador podría ser un revelador en este sentido; más aún, el diseñador demuestra conciencia de que es un revelador (discloser). Estos autores también afirman que aunque esta forma de ‘hacer historia’ ha disminuido en Occidente, no está completamente perdida —de nuevo, es una capacidad que necesita ser recuperada y sostengo que el diseño es un medio para hacerlo

    10. es necesario salir del espacio (puramente) teórico para entrar a algún dominio de la experiencia y práctica (política, contemplativa o aún dentro de los mundos de la política pública, o lo que sea).

      [...] Dicho de otra manera, los teóricos no pueden mantener ambos pies en la academia y pretender que están creando un mundo diferente; ellos/nosotros necesitamos poner un pie en un(os) mundo(s) relacional(es).

  2. Jan 2018
    1. En lugar de pensar en nosotros mismos sólo como observadores, escogiendo nuestro camino moviéndonos entre objetos que yacen en el espacio de un mundo ya formado, debemos imaginarnos como participantes en ese mundo, cada uno inmerso con la totalidad de nuestro ser en las corrientes de un mundo en formación: en la luz del sol que vemos, la lluvia que oímos y el viento que sentimos. La participación no se opone a la observación pero es una condición para ella, así como la luz es una condición para ver las cosas, el sonido para oírlas y el sentimiento para tocarlas.