un hackerspace puede organizarse informalmente, sin jerarquías y de manera horizontal, y puede operar a partir de acciones voluntarias de su comunidad, a través de sujetos que ocupan roles provisionales y que se transforman rápidamente, mientras que una institución estatal como un museo se organiza formalmente porque depende de los recursos y la instrucción gubernamental, así como unos compromisos democráticos con el Estado. Un espacio educativo informal puede estar pensado para alfabetizar en herramientas digitales a un grupo de interés que asiste en la medida que su tiempo lo permite, mientras que un programa educativo formal —o reglado por el Estado—, tiene la finalidad de instruir y educar, pero también profesionalizar un campo bajo regulaciones definidas, y debe rendir cuentas en cuanto a su funcionamiento y estándar académico.
Por ejemplos como estos es que la noción de institución me cuesta a menos que se refiera en el plano general de aquello instituido, en lugar de una acepción de organización más bien constreñida y contra la que se lucha, por ejemplo en la propuesta de Illich de pasar de la vida institucionalidada (como en el caso académico y estatal) a las organizaciones conviviales (como el hackerspace). Matizar la noción de institución ayuda a diferenciar mejor y a dialogar con los afuera, en lugar de la acepción en la cual todo es institución.